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Orgullosos y estóicos, los Fulani son el grupo
más grande de nómadas en el mundo. Durante muchos siglos vagaban por
caminos cruzando la parte grande de Africa al sur del desierto de
Sahara.
Hoy en día alrededor de 30 millones de estas
personas viven a través de Africa Occidental—desde Senegal al
Sudán—una área más grande que el territorio continental de los
Estados Unidos.
Hace unos 200 años, algunos de estos ganaderos
siguieron un camino hacia la región montañosa central de Guinea
conocida como la Futa Jalón.
Estableciéndose allí, estos Fulani construyeron
chozas con techos de paja y pastoreaban su ganado. La lluvia amplia,
el aire fresco de las montañas, y la tierra fértil apoyaban el
cultivo de frutas, verduras, y granos.
Ahora esta zona de Guinea es el hogar de casi
tres millones de Fulani que tienen su propio idioma, Pular. Con
orgullo ellos se llaman los Fulbe.
Hoy en día, hay menos familias que siguen
pastoreando ganado, aunque muchos todavía eligen la vida del campo.
Aquí trabajan en comunidades familiares, cultivando arroz,
cacahuate, camote, y verduras.
Para otros, las posibilidades de empleo y
beneficio económico les ha atraído a la ciudad donde trabajan como
comerciantes, obreros calificados, y funcionarios. Al mismo tiempo,
las relaciones con sus familiares en el campo son muy fuertes,
obligándolos a regresar por caminos conocidos en ocasiones de
enfermedad, matrimonio, y muerte.
Más importante que el lugar donde viven, para los
Fulbe la familia es el centro de sus vidas entrelazadas.
La mayoría de los Fulbe viven día a día, una vida
de inseguridad sin oportunidad de cambiar sus vidas. Sin embargo,
esta gente orgullosa y robusta sobrevive, negando la pérdida de su
esperanza.
Los Fulbe son orgullosos no sólo de su historia,
su tierra, y su idioma, pero también son orgullosos de mostrar
carácter Fulbe. Un valor profundamente arraigado en este carácter es
la astucia.
Desde su niñez desarrollan planes astutos, a
menudo tortuosos para lograr sus objetivos de riqueza, posición
importante y respeto. Los que alcanzan sus metas son muy respetados,
a pesar de las tácticas utilizadas. Los Fulbe hacen todo lo posible
por mantener mayor honor y evitar vergüenza. Para ellos sería
incomprensible que alguien con dinero en su mano no ayudara a su
clan familiar. Al mismo tiempo, ayudando a la familia choca
directamente con la ganancia de riqueza personal.
Para no perder sus riquezas, muchos han elegido
invertir su dinero en la construcción de edificios. Estas
estructuras parcialmente completadas aparecen en toda la zona—desde
las grandes ciudades hasta las pequeñas aldeas. Algunos están
actualmente en construcción. Otros son muy antiguos. Y estos
edificios sin techos podrían quedar siempre vacíos e inútiles, pero
son una posesión mostrando su orgullo de riqueza, tal como la
posesión de mucho ganado hacía una vez para los Fulbe.
Una parte vital de "ser Fulbe" es un profundo
deseo de ser aceptados en el paraíso cuando mueren. Para lograr
esto, los Fulbe han elegido el camino del Islam. Los Fulbe son muy
orgullosos de su religión y el hecho de que ellos son los que
trajeron el Islam a Africa occidental. Se ven como los guardianes
del Islam. Casi toda la gente de la Futa Jalón son Musulmanes y más
que el 99% de los Fulbe siguen al Islam. Las mezquitas se pueden ver
por todos lados con mucha variedad de estilo—desde las grandes y
bien adornadas hasta las pequeñas y simples. Tambien hay muchos
lugares especiales hechos de rocas y grava, convenientes para
cualquier persona que pasa durante los tiempos de oración.
Los Fulbe pasan sus vidas trabajando para ganar
favor o bendición suficiente para ser aceptados por Dios. Creen que
ningún ser humano puede tener una relación personal con Dios, pero
si uno sigue las leyes de su libro sagrado, el Corán, entonces tal
vez... quizás su favor bueno superá a lo malo, y Dios les permitirá
la entrada al paraíso. La religión de los Fulbe también está
mezclada con prácticas animistas, la manipulación del mundo de los
espíritus, y las tradiciones de sus antepasados.
Siguiendo estos pasos familiares, comienzan a
tratar de ganar el favor de Dios temprano en sus vidas. Cuando un
bebé tiene una semana de edad, el padre sacrifica una cabra u oveja
para traer bendición sobre la vida del niño. La cabeza del bebé es
afeitada como parte del ritual. Desde una edad temprana, los niños
empiezan a aprender las enseñanzas del Corán en árabe. Piensan que
este es el idioma de Dios y por lo tanto agrada a El. La túnica
coloreada significa que la circuncisión ha sido hecha, que es el
rito de iniciación al Islam.
Cuando llegan a ser adultos, deben ser más serios
en cuanto a su religión para asegurarse de suficiente tiempo en su
vida para agradar a Dios. Por eso, los Fulbe oran cinco veces al
día, ayunan desde la salida del sol hasta la puesta durante un mes
cada año. Las fiestas religiosas llenan sus vidas. Tratan de ganar
bendiciones adicionales los viernes asistiendo a una mezquita para
orar y dando limosnas a los pobres. Los pañuelos de rojo y blanco
mostrado orgullosamente por algunos de ellos indican su
peregrinación a la Meca—un viaje que cada musulmán quiere tomar
antes de su muerte. Aun en la muerte, tratan una vez más para
obtener la aprobación de Dios. Piensan que muchas personas deben
venir a su funeral para mostrar a Dios que habían sidos muy
respetados. Por eso, asisten fielmente a los funerales de los demás
para asegurar que muchas personas asistirán al suyo. Se visten en
sus mejores prendas para un funeral y dan dinero a la familia del
difunto, que es cuidadosamente registrado y anunciado a todos. Los
miembros más cercanos de la familia velan y rezan sobre el cuerpo
hasta la hora señalada en que sólo los hombres están autorizados a
acompañar al cuerpo a la mezquita para la oración y el entierro. A
pesar de que los Fulbe dedican sus vidas para ganar el favor de
Dios, sus rituales religiosos son como su lavado antes de la
oración, sólo afectándoles en el exterior con muy poco impacto en
sus corazones. La mayoría de ellos han dividido sus vidas hasta el
punto de pensar poco de Dios o la religión, sino en las horas de
oración. Los Fulbe creen en un Dios, sin embargo, lo ven como la
fuente de ambos bien y mal. Por eso es difícil confiar en El. Sus
vidas están llenas de incertidumbres y preguntas, y esta "falta de
confianza" llena todas sus relaciones.
Los Fulbe no son conscientes de que el camino que
han elegido no los conducirá a Dios.
Seis diferentes agencias misioneras están
trabajando entre los Fulbe. Lamentablemente, el progreso de guiarles
en la dirección de tener una relación personal con Dios ha sido
lento. Para los Fulbe, un rechazo de Islam es también el rechazo de
la familia, la cultura, y hasta el "ser Fulbé." Sólo unos pocos han
estado dispuestos a pagar el enorme costo de perder la familia, los
medios de vivir, y posiblemente la vida.
Estos seguidores de Jesús saben que El es un
tesoro que vale más que cualquier costo. Quieren extender las Buenas
Noticias de Jesús a la gente en las aldeas, a lo largo de la Futa
Jalón de Guinea, y en toda la región al sur del Sahara de Africa.
Escuchen a un hermano Fulbe que está pagando el
precio de seguir a Jesús: "Les pido que no olviden de mi pueblo.
Nosotros los seguidores de Jesús somos pocos. Oren cuando recuerden
de nosotros en la mañana, en la tarde, y en la noche. Oren
específicamente para que tengamos la fuerza para difundir las Buenas
Noticias de Jesús.”
Hay mucho trabajo necesario para dar a los Fulbe
la oportunidad de elegir el camino que les conduce a la vida eterna
y abundante.
¿Estaría usted dispuesto a tomar el camino
desconocido de ayudar a misioneros que andan entre los Fulbe?
Fin: (las palabras bajándose
en superposición)
Oren por los que caminarán con los Fulbe y les mostrarán el camino
de la paz.
Oren que los Fulbe que siguen a Jesús no tropiecen. Oren por los
Fulbé en la mañana, a mediodía, y en la noche.
http://www.fulbefouta.com/ )
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