West Africa
El Camino Conocido

                       07 Jan 2009

 

En Español

 

Orgullosos y estóicos, los Fulani son el grupo más grande de nómadas en el mundo. Durante muchos siglos vagaban por caminos cruzando la parte grande de Africa al sur del desierto de Sahara.

Hoy en día alrededor de 30 millones de estas personas viven a través de Africa Occidental—desde Senegal al Sudán—una área más grande que el territorio continental de los Estados Unidos.

Hace unos 200 años, algunos de estos ganaderos siguieron un camino hacia la región montañosa central de Guinea conocida como la Futa Jalón.

Estableciéndose allí, estos Fulani construyeron chozas con techos de paja y pastoreaban su ganado. La lluvia amplia, el aire fresco de las montañas, y la tierra fértil apoyaban el cultivo de frutas, verduras, y granos.

Ahora esta zona de Guinea es el hogar de casi tres millones de Fulani que tienen su propio idioma, Pular. Con orgullo ellos se llaman los Fulbe.

Hoy en día, hay menos familias que siguen pastoreando ganado, aunque muchos todavía eligen la vida del campo. Aquí trabajan en comunidades familiares, cultivando arroz, cacahuate, camote, y verduras.

Para otros, las posibilidades de empleo y beneficio económico les ha atraído a la ciudad donde trabajan como comerciantes, obreros calificados, y funcionarios. Al mismo tiempo, las relaciones con sus familiares en el campo son muy fuertes, obligándolos a regresar por caminos conocidos en ocasiones de enfermedad, matrimonio, y muerte.

Más importante que el lugar donde viven, para los Fulbe la familia es el centro de sus vidas entrelazadas.

La mayoría de los Fulbe viven día a día, una vida de inseguridad sin oportunidad de cambiar sus vidas. Sin embargo, esta gente orgullosa y robusta sobrevive, negando la pérdida de su esperanza.

Los Fulbe son orgullosos no sólo de su historia, su tierra, y su idioma, pero también son orgullosos de mostrar carácter Fulbe. Un valor profundamente arraigado en este carácter es la astucia.

Desde su niñez desarrollan planes astutos, a menudo tortuosos para lograr sus objetivos de riqueza, posición importante y respeto. Los que alcanzan sus metas son muy respetados, a pesar de las tácticas utilizadas. Los Fulbe hacen todo lo posible por mantener mayor honor y evitar vergüenza. Para ellos sería incomprensible que alguien con dinero en su mano no ayudara a su clan familiar. Al mismo tiempo, ayudando a la familia choca directamente con la ganancia de riqueza personal.

Para no perder sus riquezas, muchos han elegido invertir su dinero en la construcción de edificios. Estas estructuras parcialmente completadas aparecen en toda la zona—desde las grandes ciudades hasta las pequeñas aldeas. Algunos están actualmente en construcción. Otros son muy antiguos. Y estos edificios sin techos podrían quedar siempre vacíos e inútiles, pero son una posesión mostrando su orgullo de riqueza, tal como la posesión de mucho ganado hacía una vez para los Fulbe.

Una parte vital de "ser Fulbe" es un profundo deseo de ser aceptados en el paraíso cuando mueren. Para lograr esto, los Fulbe han elegido el camino del Islam. Los Fulbe son muy orgullosos de su religión y el hecho de que ellos son los que trajeron el Islam a Africa occidental. Se ven como los guardianes del Islam. Casi toda la gente de la Futa Jalón son Musulmanes y más que el 99% de los Fulbe siguen al Islam. Las mezquitas se pueden ver por todos lados con mucha variedad de estilo—desde las grandes y bien adornadas hasta las pequeñas y simples. Tambien hay muchos lugares especiales hechos de rocas y grava, convenientes para cualquier persona que pasa durante los tiempos de oración.

Los Fulbe pasan sus vidas trabajando para ganar favor o bendición suficiente para ser aceptados por Dios. Creen que ningún ser humano puede tener una relación personal con Dios, pero si uno sigue las leyes de su libro sagrado, el Corán, entonces tal vez... quizás su favor bueno superá a lo malo, y Dios les permitirá la entrada al paraíso. La religión de los Fulbe también está mezclada con prácticas animistas, la manipulación del mundo de los espíritus, y las tradiciones de sus antepasados.

Siguiendo estos pasos familiares, comienzan a tratar de ganar el favor de Dios temprano en sus vidas. Cuando un bebé tiene una semana de edad, el padre sacrifica una cabra u oveja para traer bendición sobre la vida del niño. La cabeza del bebé es afeitada como parte del ritual. Desde una edad temprana, los niños empiezan a aprender las enseñanzas del Corán en árabe. Piensan que este es el idioma de Dios y por lo tanto agrada a El. La túnica coloreada significa que la circuncisión ha sido hecha, que es el rito de iniciación al Islam.

Cuando llegan a ser adultos, deben ser más serios en cuanto a su religión para asegurarse de suficiente tiempo en su vida para agradar a Dios. Por eso, los Fulbe oran cinco veces al día, ayunan desde la salida del sol hasta la puesta durante un mes cada año. Las fiestas religiosas llenan sus vidas. Tratan de ganar bendiciones adicionales los viernes asistiendo a una mezquita para orar y dando limosnas a los pobres. Los pañuelos de rojo y blanco mostrado orgullosamente por algunos de ellos indican su peregrinación a la Meca—un viaje que cada musulmán quiere tomar antes de su muerte. Aun en la muerte, tratan una vez más para obtener la aprobación de Dios. Piensan que muchas personas deben venir a su funeral para mostrar a Dios que habían sidos muy respetados. Por eso, asisten fielmente a los funerales de los demás para asegurar que muchas personas asistirán al suyo. Se visten en sus mejores prendas para un funeral y dan dinero a la familia del difunto, que es cuidadosamente registrado y anunciado a todos. Los miembros más cercanos de la familia velan y rezan sobre el cuerpo hasta la hora señalada en que sólo los hombres están autorizados a acompañar al cuerpo a la mezquita para la oración y el entierro. A pesar de que los Fulbe dedican sus vidas para ganar el favor de Dios, sus rituales religiosos son como su lavado antes de la oración, sólo afectándoles en el exterior con muy poco impacto en sus corazones. La mayoría de ellos han dividido sus vidas hasta el punto de pensar poco de Dios o la religión, sino en las horas de oración. Los Fulbe creen en un Dios, sin embargo, lo ven como la fuente de ambos bien y mal. Por eso es difícil confiar en El. Sus vidas están llenas de incertidumbres y preguntas, y esta "falta de confianza" llena todas sus relaciones.

Los Fulbe no son conscientes de que el camino que han elegido no los conducirá a Dios.

Seis diferentes agencias misioneras están trabajando entre los Fulbe. Lamentablemente, el progreso de guiarles en la dirección de tener una relación personal con Dios ha sido lento. Para los Fulbe, un rechazo de Islam es también el rechazo de la familia, la cultura, y hasta el "ser Fulbé." Sólo unos pocos han estado dispuestos a pagar el enorme costo de perder la familia, los medios de vivir, y posiblemente la vida.

Estos seguidores de Jesús saben que El es un tesoro que vale más que cualquier costo. Quieren extender las Buenas Noticias de Jesús a la gente en las aldeas, a lo largo de la Futa Jalón de Guinea, y en toda la región al sur del Sahara de Africa.

Escuchen a un hermano Fulbe que está pagando el precio de seguir a Jesús: "Les pido que no olviden de mi pueblo. Nosotros los seguidores de Jesús somos pocos. Oren cuando recuerden de nosotros en la mañana, en la tarde, y en la noche. Oren específicamente para que tengamos la fuerza para difundir las Buenas Noticias de Jesús.”

Hay mucho trabajo necesario para dar a los Fulbe la oportunidad de elegir el camino que les conduce a la vida eterna y abundante.

¿Estaría usted dispuesto a tomar el camino desconocido de ayudar a misioneros que andan entre los Fulbe?

Fin: (las palabras bajándose en superposición)

Oren por los que caminarán con los Fulbe y les mostrarán el camino de la paz.

Oren que los Fulbe que siguen a Jesús no tropiecen. Oren por los Fulbé en la mañana, a mediodía, y en la noche.

http://www.fulbefouta.com/ )

 

 

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